Santa Rosa Misiones: espectacular inicio de los festejos del bicentenario.

    Fue una noche mágica. Aquellas donde la naturaleza se une al canto de las cigarras y los duendes de la oscuridad para abrazar con su encanto el talento de los artistas que desfilan en el escenario apostado en un rincón histórico donde Santa Rosa Misiones ha visto pasar sus siglos de existencia. Esos siglos que superan incluso los años de la patria.

    Fue anoche. El frontis de la histórica Iglesia roseña cerró sus puertas para abrir sus brazos al inicio de las recordaciones por los dos siglos de existencia de la República del Paraguay. Ese país que a todos nos une y cobija, hacia el cual proyectamos nuestro aporte de hijo, padre, esposo, en fin de ciudadano.

                Fue en el mismo sitio, donde los jesuitas dieron inicio a la ciudad. Ahí donde se mantienen incólumes la “acera jesuítica” y se respiran aires de historia, arte, cultura y paraguayidad.

                Santa Rosa Misiones dio el primer gran paso hacia la recordación del Bicentenario. Su joven Intendente, Arnaldo Valdez y sus colaboradores demostraron que el talento misionero es excepcional. El ballet de la Municipalidad se destacó en la jornada, como las damas del Ballet de Mayores a quienes nada impidió para ganarse el aplauso del público.

                La embajada artística a cargo del Prof. García Siani fue sensacional. Provenientes de Hernandarias, son jóvenes del Paraguay profundo que demuestran que el talento no es patrimonio exclusivo del centralismo, sino que al contrario se expande de norte a sur, de este a oeste en la patria que abraza a su pueblo en estos doscientos años de historia.

                El grupo “Sin Fronteras” de Ayolas volvió a ratificar lo que ya sabemos: que son excepcionales. Ni los inconvenientes iniciales de sonido impidieron que sean despedidos de pie por los asistentes, en su mayoría referentes de la sociedad roseña, a quienes nos hemos unido componentes de otros distritos de Misiones y otros puntos de la patria.

                El broche de oro solamente con su nombre ya ahorra adjetivos: Francisco Russo. El bohemio más representativo de la República del Paraguay. Acompañado magistralmente por el bandoneista, el sanlorenzano durante una hora “se paseó” en el escenario.

                En el fondo, la torre de piedra símbolo de la sociedad roseña, el museo con los frescos más antiguos existentes hasta la actualidad en toda la cuenca del Plata, la plaza Mariscal Estigarribia y el sonido del “Sangurí ysyry” proyectaban la mágica voz de Russo para alegría de quienes tuvimos la suerte de estar en el lugar.

                Una noche mágica que no podemos olvidar fácilmente. Ésta noche nos invitaron para Ayolas, ese paraíso junto al río que ya comienza también a vestirse de gala para festejar los doscientos años de la República del Paraguay.

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