Desafíos actuales del fuero de la Niñez y Adolescencia en el Paraguay.
Existen
grandes desafíos en todos los fueros del Poder Judicial, pero particularmente
pensamos reflexionar sobre los que se refieren a uno de los fueros más
sensibles del Poder Judicial. Además del conocido debate público sobre otros asuntos,
en el presente artículo queremos dar una breve referencia a desafíos que se
avizoran en el fuero de la Niñez y Adolescencia en el cual nos desempeñamos y
creemos firmemente cooperar con el sano debate académico sobre temas de
interés, de manera a proyectar un servicio de excelencia, como exige y con
justa razón, la ciudadanía.
Según
la publicación de la página digital del Diario ABC Color de éste país,
accesible en el siguiente link http://www.abc.com.py/nacionales/se-avanzo-pero-falta-mas-1325803.html
del lunes 12 de enero de 2015, alzada a la página digital a las 09:57 hs., la
Unicef considera que entre los 20 compromisos firmados por el actual Presidente
de la República en materia de Infancia, hubo avances en algunos puntos sobre
otros.
Entre
los ítems que evolucionaron favorablemente resaltó que se redujeron las muertes
maternas y neonatales, aunque reconoció no contar con estudios bien
actualizados. Ello se publicaba, casualmente el mismo día en que por el
noticiero de un canal abierto asunceno, una madre de 19 años denunciaba la muerte
de su hijo recién nacido en el Hospital San Pablo de Asunción, desnudando una
vez más la deuda histórica del Estado Paraguayo con el principal bien protegido
por nuestro ordenamiento jurídico: la vida.
La
muerte de neonatos y madres aún sigue siendo un grave problema en nuestro país,
más aún teniendo en cuenta que existen cifras oscuras que no llegan a las
instituciones oficiales, considerando el aislamiento y la inaccesibilidad de
una importante fracción de la geografía patria. Nos recuerda a Yabebyry,
Panchito López, Laureles, Cerrito, Tavaí Ruguá, Baúles, Isla Sauzal, Isla
Lapachal y parte de la geografía sur donde durante siete años nos hemos
desempeñado como Juez de Paz y como en otros puntos geográficos, aún con el
esfuerzo de algunos médicos voluntariosos y con alto sentido de responsabilidad
social, observan impotentes la manera en que la mortalidad materno infantil
muchas veces son registrados nada más por el llanto lastimero de parientes y
amigos en una humilde choza campesina, lejos de las grandes urbes y las
planillas donde son consignados los datos oficiales. Todo ello se produce aún
cuando voceros gubernamentales señalan que se superaron inclusive la meta
propuesta en principio.
El
Ministerio de Salud Pública, en efecto, manifiesta que se redujeron en un 30%
las muertes maternas y 18% menos de neonatos. Igualmente habla de avances en
educación de la primera infancia porque se prevé la apertura de 100 escuelas
para niños de 3 y 4 años. Otro avance, siempre de acuerdo a los datos oficiales,
se da en materia del derecho a la identidad, a través de la instalación de
oficinas del Registro Civil para la inscripción de los niños recién nacidos,
aunque la representante de Unicef en Paraguay Raquel Elcarte criticó la
irresponsabilidad de los padres de no inscribir a sus hijos recién nacidos, aún
teniendo cerca del Registro. Nuestra propuesta, sobre éste punto, es la
automatización de la inscripción mediante una tarea coordinada entre el
Sanatorio, ya sea público o privado donde se produzca el nacimiento de la
criatura, en una aplicación efectiva del Art. 5 “Del deber de denunciar” del
Código de la Niñez y Adolescencia, siendo que el derecho a la identidad es de
carácter constitucional y en concordancia con el citado articulado de la norma
especial, lógicamente corresponde la inmediata inscripción del recién nacido. Es
una obligación de “hacer” lo cual exige una conducta positiva, no solo de los
padres, sino también de quien esté en el sitio de nacimiento, ya sea como
funcionaria pública, familiar o simplemente testigo del acontecimiento.
La
pobreza, igualmente, sigue siendo una deuda histórica del Estado paraguayo con
los sectores más vulnerables, siendo el de los niños y adolescentes quizás el
más sensible. Aunque para Unicef ello se acentúa en algunos departamentos, la
falta de respuesta efectiva del Estado hace que gran parte de la sociedad siga
teniendo la percepción negativa sobre las respuestas que pueden darse en algunos
segmentos poblacionales. Para ello, las políticas públicas de respuesta social
en forma inmediata y efectiva es necesaria. Ello no debe limitarse a meros
simulacros asistencialistas, sino que necesariamente conlleva seriedad en la
presencia del Estado en la concreción de dichos planes.
El
derecho a la alimentación es una cuestión de Derechos Fundamentales y al hablar
de esto, nos referimos a la vigencia plena de los Derechos Humanos en un
sistema republicano y democrático. En la gradación de los derechos
fundamentales del hombre, se encuentran los derechos a la alimentación y salud,
siendo interesante la especificidad realizada por el Ministro de la Corte
Suprema de Justicia de la República Argentina, Dr. Ricardo Lorenzetti. El mismo
señala que en primer lugar se encuentran los derechos
de la primera generación, o libertad negativa, en cuanto reconocen límites a la
actividad del Estado en resguardo de los particulares; seguido por los derechos
de la segunda generación, económico-sociales, caracterizados por la presencia
de obligaciones de hacer o de dar por parte del Estado e inspirados en una
lógica de fomento que deriva en normas promocionales. Luego tenemos los derechos
de la tercera generación, o calidad de vida, que apuntan a la degradación de
las libertades por los nuevos avances tecnológicos; y por último los derechos
de la cuarta generación, o a ser diferente que generó mucho debate en su
momento en países vecinos, pero en el nuestro aún no se instaló aún con toda la
fuerza necesaria que ello implica, principalmente en algunos sectores de la
sociedad.
En definitiva, en este año 2015 se debe avanzar en el
cumplimiento de los veinte compromisos firmados, seguir reduciendo la
mortalidad materno infantil, depurar los datos estadísticos mediante la
documentación clara, seria y responsable de todo lo relacionado a la niñez y
adolescencia, elevar la calidad de enseñanza en nuestros establecimientos
públicos y privados, garantizar el acceso a una calidad alimentaria recomendada
por los organismos especializados, registrar automática y efectivamente a todos
los nacidos en territorio patrio, como igualmente garantizar la vigencia plena
del Estado Social de Derecho en el país. Siendo así, tendremos niños y
adolescentes en crecimiento con un estándar de vida acorde a las nuevas
circunstancias del mundo actual, lo cual apuntalará una sociedad feliz y con
una calidad de vida admirable para el futuro.
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