“Las rebeldes columnas jesuíticas de la antigua Iglesia de Santiago Misiones”.
Representan a los doce apóstoles. Desde 1651 están ahí.
El paso del tiempo nos los pudo vencer. Hoy se niegan a desaparecer. Quedaron como
símbolos de un pasado glorioso donde la convivencia era solidaria. Pasó el
tiempo pero ellos quedaron ahí. Renunciando a morir. Golpeando la inconsciencia
de nuestra generación que no las supo cuidar. Ellas siguen su lenta agonía,
paso a paso hacia su desaparición definitiva. Al lado de la casa del “Tesoro
Jesuítico” donde reposan imágenes que otrora estaban bajo su protección.
Apuntan hacia el cielo. Hacia el “yvaga” que era el
pensamiento de la vida eterna para los guaraníes. El terreno donde reposaba la
antigua Iglesia Jesuítica de San Ignacio del Caaguazú sigue manteniendo su
altura. El desnivel con la avenida principal hace que sea imposible que pasara
desapercibida. Sin embargo, siguen. Firmes. Sólidas. Como si fueran eternas. A pesar
de la intemperie. Resistiendo al paso del tiempo, con una sola arma: su propia
renuncia a desaparecer.
Hace cien años su par de San Ignacio sufrió la
demolición. Fue ordenada increíblemente por sus propias autoridades. Los mismos
ascendientes de algunas actuales, quienes intentan vanamente negar aquel crimen
cultural. En Santiago nadie ordena que se los destruya, pero ellas están ahí. Como
símbolos de la “República Utópica de Platón”. “La sociedad perfecta”. Como vestigios
de una etapa que nos marcó a quienes formamos parte del vagón del tren que
viaja en esta generación.
Hace una semana estuvimos ahí. La fotografiamos y
nos queda esta reflexión. En un día como lluvia como hoy, sigue desgastándose
lo que antiguamente eran los bloques de las columnas de la monumental Iglesia
que tuvo la Reducción Jesuítica de San Ignacio del Caaguazú, hoy Santiago Apóstol
Misiones Paraguay. No lo hacemos como una crítica, sino simplemente como un
relato, que quizás sirva a futuras generaciones para analizar y juzgar nuestras
virtudes y errores. Ésta, quizás sea una de ellas.
Fortín de la Barriada. 20 de noviembre de 2011.
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