84 ilustres de nuestra obra.... estamos llegando a la meta
77- Teodora Gavilán. San Juan Bautista. “La primera cooperativista de
Misiones”. Esta ciudadana sanjuanina, no solo se destacó en el campo del saber,
sino en su visión social hacia la superación de las asimetrías que distancian a
sus clases, es decir, alejan a sus hijos. La cátedra universitaria, muchas
veces nos sirve para analizar desde “La Academia” el desarrollo de los sucesos
y con ello recuperamos nuestra verdadera identidad e historia de nuestros
pueblos, que quizás jamás aparezcan en los textos oficiales.
Algo de ello ocurrió con esta ilustre.
Estando en clase de “Derecho Cooperativo” de la Filial San Juan Bautista de la
Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción, en forma repentina
surgió la pregunta: ¿Quién fue la primera socia de la Cooperativa San Juan
Bautista Limitada?. Los alumnos del tercer semestre, dinámicos como son,
rápidamente acudieron a las fuentes y la respuesta solo tardó algunos minutos
para la certeza: era la ilustre de referencia.
Ello, ya constituye un sobrado
mérito para aparecer en nuestra galería, pero en el caso de referencia la misma
no solo quedó en haber sido la primera asociada a dicha prestigiosa entidad
cooperativa, sino que se destacó en el campo educativo.
Es así que en su libro
“Reminiscencias Sanjuaninas” de Gregorio Cesar Colmán, lo califica como una
verdadera “matrona de la Educación, de la
enseñanza sanjuanina quien de su labor hizo un culto, pues más de 42 largos
años se dedicó a sembrar cultura, con una vocación admirable y espíritu
indoblegable”.
Ejerció
las cátedras de Historia de la Cultura
Paraguaya, Educación Cívica, Derecho Usual, Historia Moderna
y Contemporánea. Fue directora de la Escuela
Normal de Profesores Nº 6, hoy conocida como Víctor Natalicio
Vasconcellos.
Sus
ex alumnos le demostraron el afecto que se merecía, asistiéndola médicamente
aquellos que siguieron dicha profesión y otros visitándola en forma permanente
en su domicilio particular recordando aquellos momentos sublimes en el aula
donde fueron formados por nuestra ilustre.
“El
coraje, tesón, talento de ésta singular educadora, fueron factores gravitantes
para el logro de sus propósitos y nadie ni se imagina lo que importa o
signifique que alguien haya vivido por más de 42 años encerrada entre cuatro
paredes”, agrega Colmán.
La
fuente concluye que nuestra ilustre “con su acción constructiva supo dar
cátedra de moralidad, que conforma en la actualidad una herencia luminosa y un
ejemplo de grandeza para las educadoras que seguirán los pasos de esta
maravillosa mujer”.
Motivos
suficientes para formar parte de nuestra galería de “Cien hombres y mujeres de
Misiones que hicieron historia”.
78- Hermana Silvestra Hansel. Slovenis. San
Ignacio. “Una verdadera santa al servicio de los demás”. La instalación
del Colegio San Vicente de Paúl en San Ignacio Guazú constituye al paso del
tiempo un verdadero milagro de Dios. En la actualidad al observar sus
instalaciones, quizás muchos ni se percatan que aquella patriada de cuatro humildes
religiosas que fueron llegando hasta San Ignacio en el año 1942 cuando la
ciudad justamente culminaba en el bosque que ocupaba la ahora ya tradicional
manzana del Barrio San Vicente.
Y fue justamente
la Hermana Silvestra Hansel, junto a sus compañeras Lucencia, Stigmata y
Leopolda, quienes desafiando aquel verano de 1942 quienes se llegaron hasta la
cuna de los pueblos jesuíticos.
Días difíciles
fueron aquellas primeras jornadas, pero la fe en Dios y las convicciones
propias de estas religiosas pudieron más, que lograron vencer todo tipo de
dificultades. Es así, que ante la atenta mirada de los pobladores de la época,
comenzaron a integrarse en el seno social mediante la enseñanza de diferentes
habilidades, ya sea con la mano o con la música. Igualmente, nuestra ilustre
era una verdadera artista, ya que pintaba, fruto del cual hizo nacer la
inspiración a varios artistas de renombre nacional e internacional, quienes
fueron alentados por ella.
“La Hermana
Silvestra se ganó el corazón del pueblo, ella era una artista, sus manualidades
y bordados son un primor, como pintora podemos ubicarla a la altura de Alberto
Durero pues imprimía sus trabajos con una hondura filosófica y humana”, dice el
libro “Yo los Vi Pasar de Jorge del Puerto.
Gran
protagonista de la construcción del local propio del Colegio San Vicente de
Paúl, que queda como vivo ejemplo de la tenacidad de una religiosa que falleció
el domingo 25 de marzo de 2012 en Slovenia a los 99 años de vida.
79- Cap. Vicente Armín
Chaparro. San Ignacio.
La contienda bélica es un escenario natural donde convergen diferentes
personalidades, pero que por las circunstancias extraordinarias de la misma
hacen que surjan de la multitud hombres que con su valentía y coraje se
destacaron sobre los otros. Este es uno de esos casos. Un nacido en la tierra
jesuítica, partió al frente chaqueño y de soldado raso fue ascendiendo en su
jerarquía hasta llegar al grado de Capitán del glorioso Ejército paraguayo.
Una promesa al partir de su San
Ignacio natal rumbo al infierno chaqueño, la providencia hizo que se presentara
la ocasión para que en pleno corazón de la batalla, pudiera concretar su sueño
y traer a sus pagos la campana de la Iglesia que en ese momento se encontraba
en el campo de nadie.
Cuenta Jorge del Puerto en su
libro “Yo los Vi Pasar”, bajo el título de “El Tañido Ausente” que en abril de
1935 el hecho se produce en las estribaciones andinas, específicamente en el
lugar conocido como “Ñaicorainza” una fuerte batalla. Nuestro ilustre, que
formaba parte del Batallón 20 Lomas Valentinas bajo las ordenes del Tte. 1ro.
Ramón Codas, “en una memorable y audaz misión nocturna, entre el zumbido de
balas que llevaban su mensaje de muerte, se llegó hasta la Iglesia de
Ñaicorainza que a la sazón se encontraba en el campo de nadie”.
“Subió a la torre de la citada
Iglesia para cumplir con la promesa hecha en pleno campo de batalla y trae para
la Iglesia de su ciudad la campana aquella”, agrega.
Explica que durante todo el
tiempo que estuvo en el Chaco, nuestro ilustre siempre cargó con la campana de
su promesa. Terminada la guerra, en un emotivo acto, entregó al Cura Párroco de
San Ignacio dicha campana que desde entonces con su alegre repicar llama a los
fieles de esta ciudad a elevar su oración de paz al Señor.
Fallecido en la década del 90
(nuestra fuente data de 1994), el ilustre cubierto de gloria en cien combates,
fue archivo vivienda de todas las acciones de su regimiento. Los mismos
“dobles” de la campana que rescató del campo de batalla lo acompañaron para
siempre al reino celestial.
Finalmente Jorge del Puerto en la
citada obra afirma que “hoy a casi sesenta años de aquella jornada y cuando el
tiempo ya cicatrizó muchas heridas, acaso sea el momento que en un gesto de
hermandad entre los pueblos devolvamos
esa campana a su antiguo lar”.
El Capitán Vicente Armín Chaparro
merecidamente también forma parte de nuestra galería de hombres y mujeres de
Misiones que hicieron historia.
80- Javier Nicolás Riveros Vázquez. San
Ignacio. En
la historia de los pueblos aparecen personas excepcionales, que cual estrella
fugaz dejan atónitos a quienes pueden contemplarlo y luego desaparecer en la
eternidad, no sin antes recibir comentarios elogiosos. Este es uno de esos
casos. Un joven excepcional que se adelantó a su tiempo e hizo posible que la
generación que lo supo conocer pueda disfrutar minuto a minuto su paso fugaz
por éste espacio terrenal.
Hijo de
Clementino Nicolás Riveros Vera (San Juan Bautista) y la Prof. Ángela
Vázquez de Riveros (San Ignacio). Según
el testimonio maravillosamente escrito por su hermana, la Abog. Liz Albana
Riveros Vazquez, durante sus 19 años, nuestro ilustre
joven, sembró alegría en el corazón de cada una de las personas que conoció en
el ambiente cultural, familiar, deportivo y ecuestre.
Nacido el 13 de enero de 1990
en el Policlínico Rigoberto Caballero de
la ciudad de Asunción, realizó sus
estudios primarios desde el Pre-escolar al octavo grado en la Escuela
Básica Nº 152 “San Roque González de Santa Cruz”, siendo alumno de las
profesoras: Patricia Martínez de Acosta, María Luisa López de Riveros, Selva
Vázquez, Wilma Cuevas de Melgarejo, Dora Giménez de Molas, Gloria del Puerto de
Díaz y María Dejesús Vázquez de González, destacadas docentes de nuestro medio.
En dicha institución
tuvo sus primeras participaciones artísticas, bailando en festivales
culturales, recordaciones del calendario escolar y clausuras de años lectivos.
Indudablemente fue la institución de sus amores, pues en sus recuerdos siempre
han estado, sus maestras, sus amigos y su primera oportunidad de bailar, arte
que luego se convertiría en una de sus mayores pasiones.
En el año 2004 inició sus estudios en el 9º grado del Colegio Nacional
de E. M. D. “Don Rigoberto Caballero, participando del concurso “Voces,
sonidos, y colores de mi tierra”, organizado por la Coordinación Departamental
de Educación, obteniendo en el año 2004 el primer puesto en danza, categoría
grupo, con la obra “Musiqueada che ámape”. En el año 2007 egresa del
Bachillerato Técnico Industrial – Área Mecánica General. Paralelamente a sus
actividades académicas, ingresó al Grupo Municipal de Danzas “Remembranzas”
bajo la dirección de Diego Arias.
Sus comienzos en la
danza no fueron fáciles, por ello por decisión de su padre Don Clemente
Riveros, con intenciones de perfeccionar sus pasos, ingresó al Centro de Artes Integradas y de
Comunicación “Arapy”- Academia de Danza, en el año 2004, siendo alumno del gran
maestro Ricardo Aguilera.
Habiendo adquirido
la habilidad y la destreza necesarias para la interpretación de la danza
paraguaya, las oportunidades de bailar no cesaron. Siendo integrante del Grupo
Municipal de Danzas “Remembranzas”, participó de innumerables festivales
artísticos a nivel nacional pisando los escenarios más representativos del
país.
Javier no conoció
fronteras ni grupos para manifestar su amor por la danza, espíritu solidario y
de buen compañero, actitudes que le abrieron puertas para bailar con varios
grupos de danza como: ARARY, Municipal de Ayolas, Santa María, San Miguel y Coopersanjuba de San Juan Bautista Misiones. Su dedicación, seriedad y
compromiso con el rol asumido, incluso hizo que un 13 de enero de 2007, en
plena fecha de cumpleaños viajara a Ituzaingó –dejando en casa a su familia y
una fiesta, pues en dicha fecha se celebraba su cumpleaños número 17.
El 18 de julio de
2007 partió desde el Aeropuerto de Ciudad del Este hacia el viejo mundo, con el
Grupo de Danzas de la Coopersanjuba de San Juan Bautista Misiones, conociendo
ciudades como: Paris, Madrid, Santiago de Compostela, Terruel y Oporto. En esta
oportunidad compartió escenario con el recordado requintista Ever Darío, igualmente
ilustre de nuestra obra “200 misioneros Ilustres del Bicentenario del Paraguay”
quien paradójicamente ha dejado la vida terrenal en el mismo año que su amigo
Javier.
En el 2008 ingresó
en la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”- Sub sede San
Ignacio, en la carrera de Administración de Empresas. En dicha institución se
conformó el Grupo de Danzas de la Universidad Católica, bajo la dirección y
coordinación de Berta Coronel y Liz Albana Riveros. Javier formó parte de éste
elenco, y participó en competencias nacionales y en el recordado concierto de
navidad de la Universidad Católica, realizado en el teatro “El Molino”.
A pesar que en la
Universidad Católica encontró oportunidades de seguir desarrollando su pasión
por la danza, pronto se dio cuenta que su vocación no era administrar empresas
sino ser médico de animales, ya que desde su infancia había participado de
actividades campestres con su padre en la Granja Vy´a Renda – 1º de Mayo que lo
vio crecer. Es así que en el 2009 ingresó en la Universidad Nacional de
Asunción – Facultad de Ciencias Veterinarias, de San Juan Bautista Misiones.
En su afán de
trotamundos tuvo varios amores, con quienes compartió la mayoría de sus
pasiones. Fue un ágil jinete, formó parte de la Agrupación de Caballería de la
Granja Vy´a Renda, participó de grandes jineteadas a nivel nacional, siendo el
mayor de ellos el realizado en el Parque Ñu Guasu. Ganó innumerables premios en
competencias de salto y prueba de riendas.
Hincha del Club
Cerro Porteño, participó de encuentros deportivos, desbordó alegría en
numerosas caravanas y tuvo el honor de ser socio fundador del Centro de
Cerristas Ignacianos. Bailó y desparramó alegría, entusiasmo y amor hasta los
últimos días de su vida, con el Grupo Municipal Remembranzas, bajo la dirección
de Alberto Ramírez.
Su muerte, al igual
que muchos jóvenes de Misiones fue inesperada. Un suceso trágico enlutó la
sociedad misionera el 17 de octubre de 2009, produciendo una gran congoja
ciudadana. El templo local fue pequeña para tanta cantidad de ciudadanos que en
masa acudieron a despedir al talentoso joven que se volvía inmortal.
“Su vida es una
enseñanza que en la tierra todo es temporal, y que por ello es importante dejar
de lado amarguras para abocarse a vivir cada segundo de la vida como si fuese
el último”, concluye el maravilloso escrito que en forma de testimonio le hemos
pedido a sus familiares y nos acercara la profesional del derecho.
Javier Riveros nos
demostró que como dice el tango “20 años no es nada”, pero también es todo para
quien como él, aprovechó minuto a minuto su presencial terrenal para
convertirse en un referente importante de la sociedad de su época.
81- Vicente Vazquez Verón. Laureles. San
Ignacio.
“El ex combatiente que venció las peripecias chaqueñas y sigue entre nosotros”.
Nació el 19 de julio del año 1900 en Ka´a Rogue – Laureles, hijo de Feliciano
Vázquez y Demetria Verón. Los primeros años de su infancia los vivió en San
Pablo - Misiones, posteriormente se trasladó a Santa Rita donde conoció a
Vicenta Allende Maidana con quien contrajo nupcias el 1º de Mayo del año 1926.
De
la unión nacieron 12 hijos, que a la vez le dieron en vida: 50 nietos, 60
bisnietos y 3 tataranietos. Dejando a su muerte, acaecida el 27 de Mayo del año
1997 una numerosa descendencia.
En
el año 1932, se realiza la primera movilización y llamado para la guerra del
Chaco, no correspondiéndole en tal ocasión por haber sobrepasado el límite de
edad (32años). Sin embargo tras las numerosas bajas del ejército paraguayo,
acudió a la segunda movilización, participando durante la contienda en el
Regimiento 13 Tuyuti.
En
1935 fue evacuado al Hospital Militar por prescripción médica tras contraer la
Fiebre Tifoidea, muy común en los soldados paraguayos.
Tras
su recuperación y la firma del Tratado de Paz, volvió a su hogar, fijando
residencia en Santa Rita, y desde el año 1950 en la Compañía Abay de San
Ignacio Misiones; hoy conocida como granja Vy´a Renda – 1º de Mayo.
La granja de su familia lleva ese nombre en
honor a los numerosos y alegres encuentros conmemorados el 1º de Mayo de cada
año por el aniversario de Bodas de la pareja conformada por Don Vicente y Doña
Vicenta.
82- Juan de la Cruz Mercado. Santiago. Ex Juez de Paz. Un Karaí guasú.
Aquellos que aplicaban la ley según sus naturales nociones del sentido de
justicia, pero que por ello estaban aún más comprometidos, ya que la “justa
razón” aprendieron en la Universidad de la Vida. Eran épocas duras, las que
tuvo que sortear nuestro ilustre. Los cuatreros abundaban en la antigua capital
del Departamento de Santiago y “Don Juan de la Cruz” los debía enfrentar. La vieja
"CASONA MERCADO", hospedaje que bajo sus jesuíticos techos recibieron
a miles de visitantes era el sitio de encuentro social. Es que hablar con “el
Señor” siempre era atractivo, ya que se trataba de un verdadero libro abierto.
Es el patriarca de una de las familias más tradicionales de la ciudad.
83- José Acosta Maidana. Santiago. Ex combatiente de la Guerra del Chaco. Fue un
gran hombre. Según el testimonio de Hilario Rafael Acosta, poblador de dicha
ciudad y gran conocedor de la historia de su pueblo y sus hombres, este ilustre
prestó servicios en el frente de batalla como enfermero, “curando heridas y
mitigando dolores”.
“Al
volver victorioso del frente de batalla, se convirtió en el médico de la
ciudad, en condiciones sumamente difíciles, cuando no
existían profesionales, ambulancias y ni siquiera caminos”, señaló nuestro
interlocutor.
“Sanaba
a la gente como por intercesión divina, eran verdaderos milagros, visitaba a
los enfermos casa por casa, era el boticario de los pobres, alegre, gran
contador de chistes”, agrega.
Finalmente
señala que el municipio de Santiago tiene una gran deuda con este gran hombre
merecedor de ser inmortalizado su nombre, ya que cumplió un papel fundamental
en las difíciles décadas del 40 hasta el 50.
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