Un empleado de la estancia nos guió.
Se llama Florentín Colmán. Tiene 24 años. Representa al característico joven de tierra adentro, nacido de las entrañas de ese Paraguay profundo el que nos guió al sitio exacto. Cumplía las indicaciones del capataz de la estancia Odilio Bogado. Gracias a ambos y a la gentileza de los propietarios del lugar que pudimos cumplir nuestro sueño de remontarnos lo que habrá vivido el maestro un siglo atrás en ese lugar especial donde la inspiración brota como un manantial transparente y que se confunde con el sonido de las aves que transitan por el lugar.
Laguna Porä, nombre toponímico que representa algo más que un lejano paraje rural. El sitio donde en 1908, Rafael Barret, víctima no solo de la tuberculosis que lo trajo a mal traer y finalmente lo llevó en forma tan tempranera, con solo 33 años, sino que simboliza la Resistencia intelectual y combativa, del hombre que según Augusto Roa Bastos nos enseñó a escribir a quienes amamos la letras en ésta isla rodeada de tierra.
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