Sobre sus actividades en Laguna Porä reconocía que trabajaba solamente dos horas al día por recomendación médica. Aclara que hay leche recién ordeñada, huevos, queso y pan. Alaba a su cuñado “Pepe” tal como lo llamaba a José López Maiz. “Me cuida como un hermano, me da inyecciones de la Ricotina que me enviaron de Madrid”, indicaba.
Barret a pesar de la situación política en que se encontraba, estaba maravillado por el lugar. Eso se desprende de lo que afirma a Peyrot. Le dice: “No tiene usted idea de lo salvaje que es esto. El paisaje imponente el agradaría mucho. Es la verdadera América, a veces aparecen tigres (yaguareté) por estos contornos”.
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