3- Juanita Pesoa, la mujer misionera más importante en estos dos siglos de historia.

3-            Juanita Pesoa. Yabebyry Misiones. La mujer misionera más importante en estos dos siglos de existencia del Paraguay. Oriunda de las praderas ubicadas cinco kms. antes de llegar a Yabebyry. El lugar es conocido en la actualidad como Pesoa Cue. Vivió en el lugar hasta los 17 años, emigrando luego hasta la ciudad de Pilar. De ahí la confusión de algunos creyendo que la misma es pilarense. Sin embargo, el propio historiador pilarense Ilfo Riveros en diálogo con quien escribe éstas líneas por la emisora Patria Guaraní de la propiedad de Riveros, ubicado en el Barrio Crucecita de Pilar reconoció el origen yabebyryense de Juanita Pesoa.
                Según coinciden todos los autores fue el primer amor de Francisco Solano López quien llegó a visitarla en Yabebyry cuando con el cargo de coronel comandó una numerosa fuerza militar con el objetivo de instalar un destacamento de defensa de la patria en la actualmente conocida como Panchito López, pero inmortalizada en la cultura oral de los pobladores de esa zona hasta la fecha como “Guardia Cue”. El destacamento se ubicó a orillas del Paraná en la zona conocida como “Potrero Fortuna” y ubicada frente a la población argentina de Ita Ybate. La ubicación estratégica del lugar, sirvió para la defensa de la patria durante muchos años y principalmente en la Guerra de la Triple Alianza.
                Entre idas y venidas del “hijo del Presidente” a Yabebyry, finalmente éste le convence trasladarse hasta Pilar para estar más cerca el uno del otro. Tuvieron tres hijos: Emiliano Víctor, nacido en 1850, Adelina Constanza y José Félix. Panchito, el hijo mayor habido con Elisa Lynch nació recién en 1858. El último hijo de Francisco Solano con Juanita nació cuando Elisa Lynch ya era presentada como su mujer oficial.
                Toda la historia de amor entre el impetuoso hijo de don Carlos Antonio López y Juanita Pesoa transcurrió en sus primeros tiempos en Yabebyry, luego se trasladó a la ciudad de Pilar y siguió después durante la guerra. López siempre le dio protección y lo mismo hizo Elisa Lynch con los hijos que López tuvo con Juanita Pesoa, dándole trato igualitario, con los suyos propios. Emiliano Víctor Pesoa López, el mayor, estudiaba en Europa y se trasladó a Nueva York, durante la guerra. Finalmente, luego del desastre en Cerro Corá, fue uno de los apoyos que tuvo Elisa Lynch, criando a sus hijos pequeños en su exilio europeo. Emiliano, la esperó en París, para enterarse de los detalles sobre la muerte de su padre, su hermano José Félix y su hermanastro Panchito. Hay correspondencia que prueba que Elisa Lynch quiso proteger a Juanita Pesoa, después de Cerro Corá, llévandola a Paris. Existió buena amistad entre ambas. Desde la muerte de su padre, Emiliano cambió su firma por Emiliano López Pesoa, como aparece en las cartas enviadas desde Europa a su madre en Pilar. Dicha vivienda sigue en pie hasta la fecha.
                Ni Elisa Lynch pudo recuperar sus bienes, ni Emiliano Víctor, el primogénito del Mariscal, pudo recuperar la décima parte de la herencia que le correspondía y que Elisa Lynch hizo todo lo posible por recuperar. En 1874 regresó al Paraguay y murió un año después en Pilar a los 25 años de edad. No quedaron hijos vivos de los amores entre Juanita Pesoa y Francisco  Solano López. Adelina Constanza había muerto de viruela en 1869, en Tobatí, y José Félix, al cuidado de Elisa Lynch, murió durante el ataque a su carromato, en Cerro Corá, al mismo tiempo que Panchito, que la defendió con la frase “un coronel paraguayo no se rinde”. Juanita Pesoa rehizo su vida casándose después de tan tristes sucesos con el coronel Hermosa. Sus restos mortales fueron depositados en el Cementerio de la ciudad de Pilar donde descansan hasta la fecha.

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