En Misiones: ¿como vamos a festejar el bicentenario?

La patria se prepara para festejar su bicentenario. Fueron doscientos años de vida del Paraguay donde pasaron sucesos que nos marcaron a sangre y fuego. Misiones también se une a los festejos. Pero más allá de la fiesta, es un momento de reflexionar sobre nuestro compromiso con nuestra sociedad y nosotros mismos.

El “Paraguay” es más joven que Misiones. San Ignacio la duplica. El año pasado festejamos nuestros cuatro siglos de existencia. Dos siglos como territorio casi independiente donde fueron enviados los jesuitas en esta Mesopotamia entre el Tebicuary y el Paraná (incluso más allá, llegando hasta territorio actualmente perteneciente a Brasil) para experimentar las Reducciones Jesuíticas.

Aquel acontecimiento histórico nos marcó e incluso nos dio nuestro nombre: Misiones al fin de cuentas proviene de “zona de las Misiones Jesuíticas”. El mismo territorio que se salvó de la gran devastación de la guerra de la Triple Alianza. La misma cuyo “abandono” ordenó el gobierno provisorio de Cirilo Antonio Rivarola a través de la Circular de fecha 26 de marzo de 1870 y que cuya transcripción aparece en la Pag. 98 del libro “Testimonios de un capitán de la Guerra del 70 Justiniano Rodas Benítez”, autoría de Saturnino Ferreira Pérez. En la decisión el gobierno argumenta que “siendo imposible al Gobierno protegerlas a una distancia soberbia a falta de movilidad y a fin de remediar sus males consiguientes al estado en que se encuentran, ha resuelto el Gobierno la total desocupación de dichos partidos, ordenando que se trasladen a este lado del Río Tebicuary”.

Esta es Misiones. Y ¿de qué manera los misioneros vamos a festejar “nuestro bicentenario”?. ¿Será el mismo festejo de los de otros puntos del país?. Tenemos una rica historia. Aquella que nos dio identidad y formó nuestras convicciones como un pueblo que camina hacia su destino.

Por ello, en éste blog, vamos ir compartiendo las publicaciones periodísticas sobre el Bicentenario y también vamos aportar lo nuestro, de manera a intentar entablar desde la perspectiva de Misiones en general y San Ignacio en particular, “nuestro bicentenario”; quizás el mismo o muy diferente al que festeja el Paraguay.