Pablo Medina, el farmacéutico sanjuanino con sentido humanista.
156- Pablo Medina. San Juan. Por su labor humana, calificada de “sobresaliente” por nuestro ilustre predecesor Gregorio César Colmán y otras virtudes que lo adornan, lógicamente le incluimos en nuestra galería de los doscientos ilustres. Calificado de “altruista” por nuestra fuente, lo describe como alguien se ha develado por dar solución a los problemas que afligen al semejante. “Su labor ha resultado bien humana y también sobresaliente, ya que denota las virtudes y cualidades que adornan esa personalidad”, indica.
Farmacéutico, oficiaba tantas veces de médico, por los obstáculos propios de aquel tiempo y por su gran sentido de humanidad. “En aquellos instantes que hoy son recuerdo, se iluminan los rostros agradecidos de aquellas madres que volvían llena de esperanzas al calor de sus hogares”, agrega.
“Fue un señor en el sentido amplio del término, pues jamás pensó que tal o cual paciente podía retribuirle o significarle más dinero que sus atenciones. Lo que siempre hizo es cumplir con su deber, con el amigo, el semejante y quedar con la conciencia tranquila y pasar un día de su vida dentro del marco sosiego y serenidad”, sigue narrando nuestra fuente.
Defendió la patria en la Sanidad militar, siendo ejemplo como padre de familia, sus hijos en su totalidad son universitarios. Se unió en matrimonio con Doña Carmen Maíz, distinguida dama que siempre iluminó las nobles acciones de su marido.
Una arteria de la capital departamental inmortaliza su nombre y eterniza uno de sus hijos más ilustres, mas preclaro, que a lo largo de su existencia no hizo otra cosa que servir a sus semejantes.
Por todo lo relatado precedentemente por nuestra principal fuente de los hombres ilustres de San Juan Bautista, consideramos oportuno también incluirlo en la galería de los doscientos hombres misioneros ilustres del Bicentenario del Paraguay.
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